Mi querido hijo: Han pasado doce años desde tu fallecimiento.Te recuerdo cada día.
Es muy difícil vivir sin tí. Ya sé que mi vida sigue adelante hasta que termine mi
camino.
Mi vida es un poco difícil,tiene muchos días complicados,quizás yo tenga pocos
ánimos para la lucha que me toca vivir.
Tus hermanos me preocupan mucho,sus vidas son complicadas,eso ya lo sabes.
Lo ves todo desde donde tu descansas.
Yo seguiré ayudándoles ,si se dejan,como cuando érais niños.
Ahora todo es diferente, ellos tienen sus propias familias,con las alegrías que
que les proporcionan y a veces también sus dificultades.
A veces no sabemos los hijos repartir nuestro tiempo y nos olvidamos que fuera
de esa familia que hemos formado, también existe otra que se ha quedado fuera
y que también nos necesita.
Yo te cuento todo eso hijo,porque me siento un poco apartada de sus vidas.
Se que tienen poco tiempo para compartir nuestras vidas.
Tendrían que entender como personas adultas,que estamos en esta vida
recorriendo un camino a veces largo y otras muy corto como el tuyo.
El camino que hicimos juntos tú y yo hasta tu partida tuvo dificultades
y alegrías.
Lo que nos dimos fué mucho cariño y amor.Fuiste para mí un gran hijo.
Aquí venimos a andar nuestro camino y el tuyo terminó muy pronto.
Donde se encuentre tu alma estará feliz.
Te dije muchas veces que este mundo no era el tuyo porque eras una persona
muy especial,muy sensible y bondadoso.
Eres mi recuerdo mas preciado.
Nunca te olvidaré
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