lunes, 30 de mayo de 2016
ENVEJECER
Ha llegado una etapa en mi vida en la que conservo la suficiente capacidad para darme
cuenta de que ya no soy la que era, todo a mi alrededor es distinto y nadie me avisó,ni
en que ahora, ni en que momento los demás decidieron que deje de ser útil para la mayoría.
Y lo peor de todo esto es darte cuenta.
Me doy cuenta que mi pelo ya esta lleno de canas, y que ya no sé de que dolor quejarme,
y que mi caja está llena de medicinas.
Cuando habla la gente joven que tengo a mi lado, yo no la entiendo.
Cuando le cuento a mis nietos alguna cosa de mi vida pasada, les parece una película.
Hoy me queda una vida llena de recuerdos.
Hoy vivo para disfrutar de cada momento que la vida me permita ser feliz.
A pesar de todo, mientras yo recuerde mi nombre seré capaz de recordar gran parte de la
historia de mi vida.
Por eso ahora, estoy construyendo un presente que valga la pena recordar,porque en ellos
está mi forma de sentir y de actuar.
Yo decido los recuerdos que quiero dejar, y por eso tengo que ser justa y prudente con las
personas que me rodean.
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