En ciertos momento de nuestras vidas creemos que no vamos
a poder seguir,bien por enfermedad o por una gran perdida.
No hay que desesperar nuestro destino esta escrito.
Hay que aceptar, y si podemos poner remedio. A veces
sabemos que no vamos a poder curarnos de las heridas que
nos han quedado.
Si lo tratamos de aceptar y con el amor de nuestro interior
quizás llevemos mejor nuestras heridas.
Quizás sea ese el camino que nos proporcione la estabilidad
que necesitamos.