Hoy es el octavo año de tu fallecimiento mi querido hijo.
Mi mundo se derrumbó, tengo que ser fuerte para seguir con mi camino,
Con mucho esfuerzo voy pasando los años, hay días que esas fuerzas me fallan,
otros me siento con más resignación.
Cierro los ojos y te veo tal como eras, guapo, alto, con esos ojos grises maravillosos,y lo
mas importante eras un gran hombre un hijo estupendo.
Tu muerte, me dejó un gran vacio en mi corazón, que nadie llenará.
Tu cuerpo quedo reducido a cenizas, y el mío, en trozos pequeños, que trato de
reconstruir poco a poco.No es fácil para mi.
Nunca sospeché, lo fuerte que a veces puedo llegar a ser, para luchar ante la mayor tragedia
de mi vida,algo que nunca debió ser así.
Gracias David por el cariño que me regalaste y los buenos momentos que tuvimos juntos.
Te llevo dentro de mi corazón y será siempre así.
Donde se encuentre tu alma, deseo que esté esperando mi llegada,
para darnos nuestro gran
abrazo para siempre.
Descansa en paz donde tu alma se encuentre.
Tu madre que nunca te olvida